ERRORES EN EL CEPILLADO.

El hecho de cepillarnos los dientes es un hábito tan asiduo que pocas veces pensamos en ello.¿Tienes el cepillo de dientes adecuado? Piensa en el tamaño de tu boca. Si tienes problemas para abrir la boca lo suficiente para poder mover tu cepillo, puede que sea del tamaño equivocado. Tiene que ser cómodo de utilizar para que no tengas ningún problema al usarlo regularmente. Las cerdas de tu cepillo. Si son demasiado duras, pueden hacerte daño en las encías. Las organizaciones internacionales recomiendan un cepillo suave.

 ¿CEPILLO Eléctrico o manual? En la mayoría de ocasiones, se trata de una preferencia individual. No es tan importante el cepillo como el cepillado en sí. Los cepillos eléctricos pueden hacer un gran trabajar, sobre todo te pueden facilitar la tarea si sufres de artritis u otros problemas con tus manos, brazos u hombros. Si tienes dificultades con el manual, un eléctrico te puede traer muy buenos resultados.

¿Te cepillas los dientes lo suficiente? Se recomienda hacerlo dos veces al día, aunque tres será siempre mejor.

Intenta que el proceso se alargue durante al menos dos minutos. La mayoría de gente lo hace y eso es muy positivo. Una buena idea es dividir tu boca por secciones . 

Si estás demasiado sin cepillarte , la placa se puede acumular y aumentar las posibilidades de dolor en las encías y otros problemas derivados. 

«»Ojo»»». Un exceso podría desgastar el esmalte de nuestra dentadura  y dañar las encías. Os cuento esto,pues se nos han dado casos,que han sido el otro extremo.

Además, no hay que realizarlo muy fuerte, si no que se trata de un movimiento suave y ligero.

Los cepillos eléctricos pueden ayudar en este sentido, pues dejamos que las cerdas hagan todo el trabajo y nosotros solo tenemos que guiar el cepillo. 

¿Lo estás haciendo correctamente? Si lo haces a base de golpes o un cepillado de lado a lado, puedes causar rasguños en las encías. Coloca tu cepillo en un ángulo de 45 grados con respecto a las encías y haz un movimiento circular o de arriba abajo.

Cepilla la superficie externa e interna, las muelas traseras y la lengua. No te olvides de esas áreas más difíciles de acceder. Si no eres cuidadoso, se te puede acumular placa en la boca y provocar enfermedades dentarias.

Las bebidas energéticas, los refrescos de dieta, los caramelos ácidos e incluso cosas saludables como el zumo o el café tienen ácido que puede dañar el esmalte dental.

Si has consumido algún alimento de este tipo, es aconsejable esperar una media hora antes de cepillarte los dientes. El raspado junto con el ácido de la boca podría ser la combinación perfecta para el desgaste de tu esmalte.

¿Enjuagas siempre tu cepillo? Deberías.

Los gérmenes de nuestra boca pueden traspasarse al cepillo y permanecer allí si no lo enjuagamos bien después del cepillado. Así también te librarás de pasta de dientes sobrante que puede endurecer las cerdas.

Nunca debes utilizar productos como desinfectantes para limpiar tu cepillo de dientes. Simplemente enjuágalo un poco y déjalo secar.

La gran mayoría de personas guarda su cepillo en el baño, pero no es precisamente el lugar más limpio de la casa. Intenta dejarlo siempre en un soporte y no apoyado en cualquier repisa, esto podría exponerlo a más gérmenes. Intenta que los cepillos no se toquen entre sí. Deja secar el cepillo con el aire y no utilices una capucha totalmente cerrada. Las bacterias pueden reproducirse si están en un ambiente húmedo.

 ¿Cuánto tiempo tiene tu cepillo? Todas las organizaciones de la salud recomiendan cambiarlo cada tres o cuatro meses. Déjate guiar por las cerdas. Una vez que pierden flexibilidad y empiecen a resquebrajarse, puedes cambiarlo. Unas cerdas deshilachadas o rotas pueden perjudicarte más que limpiarte.