El azúcar es el alimento más peligroso para la boca infantil

Si hacemos una encuesta sobre los momentos más felices de nuestra vida, la gran mayoría de ellos se situarían en la infancia. La niñez es ese periodo de inocencia en la que el verbo disfrutar y la palabra felicidad ocupan el centro del universo. Pero también es verdad que es un periodo en el que es necesario adquirir una serie de hábitos como la visita temprana al dentista que facilitarán y mejorarán la vida en el futuro. La buena salud dental es un propósito que debe comenzar desde los llamados dientes de leche, que deben estar bien cuidados. Si estos dientes sufren de caries, se complica la salida de los dientes permanentes.

Los alimentos amigos

Desde el exterior, hay una serie de alimentos que facilitan el buen estado de los diente y  que ayudan a los dientes de los más pequeños:

—El queso es el alimento perfecto: tiene calcio y fósforo, ayuda a equilibrar el ph de la boca, reconstruye el esmalte dental y estimula la producción de saliva.

—La leche aporta calcio y vitamina D, que son fundamentales para la salud bucal.

—Las frutas y las hortalizas crudas como la zanahoria son buenos ya que sus fibras naturales hacen que al masticar más se produzca abundante saliva provocando que trabajen los músculos de la boca ensanchando los huesos y facilitando la salida de los dientes permanentes.

—La manzana contiene un antioxidante que hace una función anti bacteriana.

El principal peligro

Las caries son causadas por los ácidos creados por las bacterias de la boca que se producen después de comer, cuando éstas metabolizan los azúcares que provienen de los alimentos. Así pues, es fundamental inculcar los hábitos de higiene dental para prevenir este problema llamado caries. Es fundamental el cepillado nocturno puesto que  por la noche , cae la producción de saliva y si la dentadura no está limpia corremos el riesgo de sufrir caries. Y «un peligro añadido de las famosas chuches, es que al quedarse incrustados permanecen mucho tiempo pegados a los dientes,  supone un peligro si el niño no tiene costumbre de cepillarse los dientes». Además, el consumo excesivo de azúcares no sólo afecta la salud dental de los niños, sino que aumenta el riesgo de sobrepeso, diabetes o síndrome metabólico, entre otras enfermedades.